La credencia es un elemento esencial en el presbiterio, discreto pero necesario, donde se disponen todos los objetos requeridos para la celebración de la liturgia, ya sea la misa u otros sacramentos. Se trata de una mesa auxiliar cercana al altar. Antes de iniciar la misa, se colocan sobre ella la patena con las hostias, el cáliz con su purificador y corporal, los copones destinados a consagrar, las vinajeras con vino y agua, el lavabo con su jarra y plato para el lavado de manos, las bandejas para la comunión de los acólitos, y otros elementos necesarios.
Es fundamental respetar el significado sagrado del altar, por lo que, durante la misa, solo deben llevarse al altar aquellos objetos que sean necesarios en ese momento, retirando lo que ya no se utilizará. Por ejemplo, las vinajeras y el lavabo no permanecerán sobre el altar desde el ofertorio hasta el final de la misa. En situaciones en las que no haya acólitos y el sacerdote celebre solo, la credencia se acerca al altar para facilitar su manejo y evitar desplazamientos innecesarios. Sin embargo, existe una excepción permitida, que es cuando el sacerdote celebra sin fieles, pero con un ministro que puede preparar los vasos necesarios en la credencia o sobre el lado derecho del altar antes de la misa.
La Instrucción General del Misal Romano menciona en varias ocasiones la importancia de la credencia y su uso adecuado durante la liturgia de la misa. Es en la credencia donde se preparan y sitúan los elementos necesarios para la celebración de la misa antes mencionados.
Es válido purificar los vasos sagrados después de la comunión en la credencia o dejarlos cubiertos con un corporal en ese lugar y purificarlos después de la misa. Incluso se recomienda hacerlo en la credencia siempre que sea posible. En la misa con diácono, los vasos sagrados son llevados a la credencia al terminar la distribución de la Comunión, donde se purifican y arreglan adecuadamente.
En conclusión, la credencia es una mesa auxiliar práctica y útil que contribuye a respetar el misterio y la santidad del altar durante la liturgia. Su adecuado uso permite celebrar la misa de manera más ordenada y con mayor solemnidad, evitando la colocación innecesaria de objetos sobre el altar que podrían afectar su significado sagrado. Respetar y aprovechar la credencia es una manera de honrar el altar como el lugar central de la Liturgia Eucarística.