miércoles, 19 de septiembre de 2012

Recibir la comunión: ¿en la boca o en la mano?

Según la normativa actual, es tan válido recibir la comunión en la boca como en la mano; los dos modos de recibir el Cuerpo del Señor tienen sentido, y los dos pueden expresar igualmente nuestra comprensión y respeto al misterio eucarístico.
Sin embargo, es bueno tener presente algunos criterios que nos pueden ayudar a discernir a cada uno la mejor manera de recibir la Comunión:
  • Los cristianos de los primeros siglos no conocieron la recepción en la boca, sino que mantuvieron con naturalidad la costumbre de recibir el pan eucarístico en la mano. Hasta el siglo IX, los fieles recibían la comunión en la mano. Existen muchos documentos que lo confirman y uno de los más importantes pertenece a San Cirilo de Jerusalén, que en el siglo IV señala lo siguiente: "Cuando te acerques a recibir el Cuerpo del Señor, no avances con las manos tensas ni con los dedos separados, sino haz de tu mano izquierda un trono para tu mano derecha, ya que ésta debe recibir al Rey y, en el hueco de tu mano, recibes el Cuerpo de Cristo, contestando: Amén".
  • Poco a poco la costumbre fue cambiando. Los motivos no son fáciles de explicar porque recibir la comunión en la boca no se hizo por decreto ni fue igual en todas partes. Abusos, sacrilegios y profanaciones por parte de los herejes fueron limitando a los fieles la recepción en la mano.
  • También en este período prevaleció más en la Eucaristía el aspecto de veneración y adoración por sobre el celebrativo. Esto hacía que muchos vieran como una falta de respeto recibir en las manos la Comunión.
Después de la Reforma Litúrgica del Concilio Vaticano II, varios episcopados del mundo expresaron su deseo de establecer la costumbre de dar a los fieles la Comunión en la mano. En nuestro país, se hizo realidad a partir del año 1973. Los Obispos encabezados por Monseñor Raúl silva Henríquez, hicieron pública la autorización de recibir la Comunión en la mano.
Es bueno insistir que el modo de comulgar no es un imposición. Cada fiel tiene la posibilidad de recibir la Comunión en la mano o en la boca, ojalá, sin perder de vista lo más natural, simbólico, bello y significativo. Lo importante es que se logre captar el significado profundo del gesto y se pueda manifestar más expresivamente la Fe y respeto hacia la Eucaristía.
(Fuente: "Liturgia y Celebración", Eduardo Cáceres Contreras)

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